El día 13 de abril de este año murió el escritor uruguayo Eduardo Galeano . La Universidad de Córdoba va a rendirle homenaje en un acto que se celebrará en la semana del 14 al 18 de diciembre, y por este motivo, los organizadores del mismo, nos han pedido colaboración al Club de Lectura UCO para que desde hoy, y hasta ese día (que ya anunciaremos en su momento), podamos leer y conocer un poco más a este escritor que tan profunda huella ha dejado en todo aquél que lo ha leído.
Eduardo Galeano, en un primer acercamiento y quizá por esa reciente afición del personal por sacar las frases de contexto para colocarlas en tablones de pinterest, páginas de Internet , etc. (ojo, no aseguramos que todas sean suyas), parece más autor de afirmaciones y certezas que de dudas. Mientras que muchos adultos le echaban en cara sus posiciones políticas, cientos de adolescentes, seducidos por la irresistible combinación de política de izquierdas y poesía, abarrotaban y llenaban de aplausos sus charlas públicas. Tenía magia, magnetismo, tenía el don de la palabra, y, por tanto, el de la persuasión. Era, ciertamente, un autor político dotado de una alta calidad literaria, que expresaba de manera sencilla conceptos muy complejos. Estas certezas, resultado de poner en duda todo lo que tenemos establecido, todo lo que nos han contado como cierto, y que él pone “patas arriba” para luego contarnos su verdad, lo convierten en un escritor de los que “toman partido hasta mancharse”, porque, como él mismo dice, “tienen el color de la tierra los que se revolcaron en el barro, y el de la ceniza los que buscaron calor en los fogones apagados. Verdes son los que frotaron sus cuerpos en el follaje y blancos los que se quedaron quietos”.
Sus temas son muchos y variados (“escribo cuando me pica la mano”, y a juzgar por sus numerosos libros, se ve que le picaba muy a menudo), aunque, aún a riesgo de ser simplistas, podemos resumirlos en: la Historia no contada frente a la que nos sabemos de memoria, América Latina (el colonialismo, el imperialismo, las dictaduras), las mujeres, los pobres y la pobreza, la ecología: “Yo les disparo a las etiquetas. Y cuando me dicen escritor de qué. Yo digo: de todo, de cualquier cosa. O cuando me dicen usted es poeta; respondo no, no escribo poesía, a lo mejor la escribo y no me doy cuenta, y eso me llena de alegría, porque la literatura que más me gusta es la que revela la poesía escondida”.
Al igual que nuestro anterior protagonista del Club de Lectura UCO, Ryszard Kapuscinski, también Galeano comenzó como periodista (y caricaturista), profesión a la que agradece “que me haya sacado de la contemplación de los laberintos de mi propio ombligo”. En su libro Las palabra andantes (1993), vuelve al tema del que hablábamos el mes pasado a propósito del escritor y periodista polaco y que llamamos “la mentira de las verdades” (parafraseando a Vargas Llosa): “por favor, se lo ruego, no me ofenda usted preguntando si esta historia ocurrió. Yo se la estoy ofreciendo para que usted haga que ocurra. No le pido que describa la lluvia aquella noche de la visitación del arcángel: le exijo que se moje. Decídase señor escritor, y por una vez al menos sea usted la flor que huele en vez de ser el cronista que aroma. Poca gracia tiene escribir lo que se vive. El desafío está en vivir lo que se escribe”.
Terminamos con unas palabras de Eduardo Galeano escritas hace ya algún tiempo (2001), pero que, como suele decirse, para desgracia nuestra siguen más vigentes que nunca:
'De las barbaridades que el bicho humano es capaz de cometer... en la guerra entre el Bien y el Mal, siempre es el pueblo el que pone los muertos, y la verdad es que, hoy por hoy, hasta en el lenguaje se repite lo de siempre, porque cuando uno escucha los discursos de los líderes victoriosos, uno está escuchando los parlamentos de Superman o de Batman, que son sus ideólogos, sus inspiradores; es una visión facilonga del mundo que reduce la Tierra al combate entre Dios y Satán, y por supuesto que cada uno de los grandes jefes terroristas -o del terror de Estado, o del terror privado, o del terrorismo de la maquinaria militar o del terrorismo de los fundamentalistas religiosos, o hasta los locos sueltos que andan por ahí-, cada uno de ellos cree que tiene línea directa con Dios, y yo me pregunto: '¿Pero, y hablan con Dios?, pero, ¿y cómo? ¿por mail?, ¿por fax?, ¿por teléfono? A ver si me pasan la dirección, yo que tanto creía en Él cuando era chico! Me gustaría preguntarle: «Oye Dios, pero a que ángel le has encomendado la distribución de los bienes terrenales?, cuál es el ángel que se ocupa de distribuir en el mundo los panes y los peces? Ha hecho muy mal su tarea. Yo creo que mejor sería que lo destituyeras de una vez».'

El Club de Lectura UCO ha hecho una selección de textos sobre cuatro de sus libros más conocidos (en pdf y txt, sólo si estáis registrados ): Las venas abiertas de América Latina (1971), Días y noches de amor y de guerra (1978), El libro de los abrazos (1989) y Espejos. Una historia casi universal (2008).
De todas formas, aquí podéis leer estos y otros títulos a texto completo, y en la Biblioteca disponemos de casi todos sus títulos, tanto en papel como en formato digital. Ya nos diréis que os parece.
Feliz lectura