Alison vuelve por Navidad
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11 meses 1 semana antes - 11 meses 1 semana antes #171
por club-lectura
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Alison vuelve por Navidad Publicado por club-lectura
Quienes llegaron
a conocerla muchos años después, siempre pensaron que
Alison
era una mujer
hecha a sí misma
, y no se equivocaban.
Aquellos años accidentales
que pasó con la beca en
Tasmania
, tan lejos de casa -todavía no sabe cómo la aceptó-, hicieron que
las despedidas
fuesen aún más duras de lo normal. Pero Alison entonces se sentía como
Simone de Beauvoir (lo quiero todo de la vida
, se decía), y por eso pasó algo más de dos años viviendo una vida prestada,
una vida de tres perros
y una casa cerca del mar, en plena naturaleza, rodeada
de bestias y aves
, con ruidos a los que no estaba acostumbrada -ella, tan urbanita- como el
grito nocturno
de una lechuza, o
como el mugido de una vaca pariendo
en medio de la noche.
Su proyecto en España había sido cancelado en favor de otro sobre no sé qué club psicodélico de Harvard ; el último sueño se había desvanecido. No te veré morir, seguía pensando incluso cuando cogió aquel avión y no tuvo nada que decir a los que fueron al aeropuerto con cara de no saber qué pasaba.
Ellas, las estudiantes de la Residencia de Señoritas , la habían acompañado desde que comenzó sus estudios universitarios. Eran parte de la materia de una asignatura y aunque todavía no eran muy conocidas, desenredando aquella madeja , consiguió llegar hasta esa suerte de casa de los hilos rotos que era para ella la Residencia de Señoritas, y la recompuso, dedicando mañana y tarde a una tarea que, a la larga, se convirtió en puro vicio . Tenía la mala costumbre , o al menos eso pensaba, de obsesionarse demasiado con algunas cosas.
Entonces ocurrió que rechazaron la publicación de su libro sobre esas mujeres que frecuentaban bibliotecas , que solo concebían la vida con libros, y que luego se reunían en esa especie de gabinete mágico de la Residencia para comentarlos. Y no tuvo más remedio que abandonar aquella biografía del fuego (algunas de las mujeres de su proyecto eran pura dinamita), sus queridos campos de Castilla , el perfume de las flores de la noche que impregnaba el jardín de la casa de sus padres, y coger el avión para probar suerte en el otro extremo del mundo. Algunas de sus amigas lo habían intentado y, oye, no les había ido tan mal (o al menos eso parecía en sus redes). Como Maria Zef , que había abierto una librería cerca de Marsella, o los pecados de Marisa Salas por tierras alemanas, que le habían parecido incluso divertidos.
Pero tampoco aquí hubo suerte. Divagantes pensamientos se instalaron en la mesa de su cocina, y, sintiendo que nada es verdad , que el mundo líquido de las pantallas se desvanece a poco que venga otro a sustituirlo, se asomó medio aturdida al porche (¿ noche, sueño, muerte, las estrellas ?), y le vino a la cabeza la canción que a veces cantaba su amiga Maddi (y las fronteras se mueven como las banderas), y entonces decidió volver y quizá retomar su proyecto.
Ya de vuelta a casa , como había hecho muchas mañanas antes de su aventura en tierras australianas, Alison cruzó la puerta para tomar el almuerzo en el café Gotham , y se emocionó un poco al escuchar los mismos villancicos horteras de siempre. En una ciudad como aquella, ese nombre para un bar era una excentricidad, pero es que el propietario, su querido hermano (antes dueño de un videoclub ), había sido toda su vida un friki de Stephen King y de las películas navideñas de sobremesa. La estaba esperando con su sándwich favorito para felicitarle las fiestas.
*Todos los títulos en negrita los tenéis en la Biblioteca
Su proyecto en España había sido cancelado en favor de otro sobre no sé qué club psicodélico de Harvard ; el último sueño se había desvanecido. No te veré morir, seguía pensando incluso cuando cogió aquel avión y no tuvo nada que decir a los que fueron al aeropuerto con cara de no saber qué pasaba.
Ellas, las estudiantes de la Residencia de Señoritas , la habían acompañado desde que comenzó sus estudios universitarios. Eran parte de la materia de una asignatura y aunque todavía no eran muy conocidas, desenredando aquella madeja , consiguió llegar hasta esa suerte de casa de los hilos rotos que era para ella la Residencia de Señoritas, y la recompuso, dedicando mañana y tarde a una tarea que, a la larga, se convirtió en puro vicio . Tenía la mala costumbre , o al menos eso pensaba, de obsesionarse demasiado con algunas cosas.
Entonces ocurrió que rechazaron la publicación de su libro sobre esas mujeres que frecuentaban bibliotecas , que solo concebían la vida con libros, y que luego se reunían en esa especie de gabinete mágico de la Residencia para comentarlos. Y no tuvo más remedio que abandonar aquella biografía del fuego (algunas de las mujeres de su proyecto eran pura dinamita), sus queridos campos de Castilla , el perfume de las flores de la noche que impregnaba el jardín de la casa de sus padres, y coger el avión para probar suerte en el otro extremo del mundo. Algunas de sus amigas lo habían intentado y, oye, no les había ido tan mal (o al menos eso parecía en sus redes). Como Maria Zef , que había abierto una librería cerca de Marsella, o los pecados de Marisa Salas por tierras alemanas, que le habían parecido incluso divertidos.
Pero tampoco aquí hubo suerte. Divagantes pensamientos se instalaron en la mesa de su cocina, y, sintiendo que nada es verdad , que el mundo líquido de las pantallas se desvanece a poco que venga otro a sustituirlo, se asomó medio aturdida al porche (¿ noche, sueño, muerte, las estrellas ?), y le vino a la cabeza la canción que a veces cantaba su amiga Maddi (y las fronteras se mueven como las banderas), y entonces decidió volver y quizá retomar su proyecto.
Ya de vuelta a casa , como había hecho muchas mañanas antes de su aventura en tierras australianas, Alison cruzó la puerta para tomar el almuerzo en el café Gotham , y se emocionó un poco al escuchar los mismos villancicos horteras de siempre. En una ciudad como aquella, ese nombre para un bar era una excentricidad, pero es que el propietario, su querido hermano (antes dueño de un videoclub ), había sido toda su vida un friki de Stephen King y de las películas navideñas de sobremesa. La estaba esperando con su sándwich favorito para felicitarle las fiestas.
*Todos los títulos en negrita los tenéis en la Biblioteca
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Última Edición: 11 meses 1 semana antes por club-lectura.
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11 meses 1 semana antes #172
por Billie
Respuesta de Billie sobre el tema Alison vuelve por Navidad
Madre mía, querida administradora, cuánto trabajo por delante, pero estoy segura de que todo (o casi
) será interesante.
Y qué bien fabricas el cuento, te queda de lo más atractivo.
Pues poco a poco los iré mirando y apuntaré seguro algunos para mi próxima compra.
Gracias, guapa
Y A VER SI CAMBIÁIS ESTOS HORRIBLES EMOTICONOS
Y qué bien fabricas el cuento, te queda de lo más atractivo.
Pues poco a poco los iré mirando y apuntaré seguro algunos para mi próxima compra.
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11 meses 1 semana antes #173
por Inma
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11 meses 6 días antes #174
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11 meses 6 días antes #175
por club-lectura
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Inma, pues te aseguro que por ahora no sé utilizar el Chat GPT ni similares. El año que viene, si no me acompaña la inspiración, a lo mejor tengo que tirar de él.
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11 meses 5 días antes #176
por Billie
Respuesta de Billie sobre el tema Alison vuelve por Navidad
Qué descubrimiento Estefanía Cabello¡ La chavala, porque será muy joven, es una crack, al menos en cuanto a trayectoria académica.
¿Has leído el libro, Esperanza?
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