"La escritora", de Auður Ava Ólafsdóttir
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1 año 10 meses antes - 1 año 10 meses antes #153
por club-lectura
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"La escritora", de Auður Ava Ólafsdóttir Publicado por club-lectura
Cuando terminas de leer un libro y está lleno de pósits, es buena señal. Eso nos ha pasado con La escritora, de la islandesa Auður Ava Ólafsdóttir, un libro conciso y exacto en el que no sobra ni falta una coma y que nos ha llegado al alma.
Islandia es un país pequeño, frío, cerrado, lleno de volcanes -hielo y fuego-, y de grandes poetas hombres a lo largo de su historia. Como curiosidad, cuenta con más escritores per cápita que cualquier otro lugar del mundo (incluso tiene un premio Nobel). Ahí es donde nace y vive Hekla, la protagonista de esta historia, a la que su padre puso nombre de volcán, y que quiere ser escritora para continuar inventando el mundo cada día y no hervir pescado en una cocinilla. Estamos en los años 60 y Hekla sabe que, a diferencia de los hombres que “nacen poetas, da igual que escriban libros o no”, “las mujeres alcanzan la pubertad y tienen hijos, lo cual les impide escribir”. Para ella Islandia es un lugar lleno de belleza, pero del que hay que escapar. En principio, se va de su pueblo a la capital y allí, casi a diario, habla con su amiga Ísey (un personaje secundario magnífico) y le cuenta sus planes. Ísey está casada, tiene una hija y espera otro, pero también escribe. Ambas lo llevan en secreto, con la diferencia de que lo que para la amiga es un escape a las obligaciones diarias, consciente de sus limitaciones (“me pareció haber creado belleza. Pero no BELLEZA, en mayúsculas, como la que crean los poetas, sino en pequeño: belleza”), para Hekla es su objetivo en la vida: “En mi mundo ideal, los elementos esenciales serían: papel, una pluma estilográfica y el cuerpo de un hombre. Si quiere, después de hacer el amor puede reponer la tinta de mi pluma”. Hekla no quiere imitar a los grandes próceres de su país, que escriben en subjuntivo poemas en los que los que los rayos de sol aplacan las heridas y las brumas crepusculares envuelven sus deseos. Ella es una escritora del mañana, porque como decía su padre, “naciste demasiado pronto”.
También tiene un amigo, Jon John, homosexual y marinero a tiempo parcial, que lee a Lorca y no a los grandes poetas patrios, otra rara avis en esa Islandia de 1963 y que, al igual que ellas dos, no puede mostrarse al mundo tal cual es.
Hekla trabaja en una cafetería, es muy guapa e incluso le proponen presentarse a Miss Islandia. Entonces empieza a salir con Starkadur, el bibliotecario-poeta que, este sí, lee a los clásicos poetas islandeses, y se va a vivir con él. Pero la convivencia y el amor no resisten, hay demasiadas diferencias, y las musas que habitan la pequeña buhardilla tienen muy claro de qué lado ponerse. Entonces, Hekla decide compartir piso con Jón John: se cuidan, se quieren, incluso se casan para guardar las apariencias, tanto el uno como la otra (“Jón John entiende mi manera de ser y mi necesidad de escribir. Cuidamos el uno del otro. Soy fuerte y él vulnerable, pero me protege a su modo”, escribe Hékla a su amiga). Pero ambos están decididos a dejar Islandia, y lo hacen. Ponen mar de por medio y abandonan esa tierra bella y contradictoria (fría por fuera y caliente por dentro), “porque en el extranjero siempre hace bueno” y porque el mundo está cambiando y ellos no se lo quieren perder.
Inmediatamente después de terminar La escritora, nos fuimos de cabeza a por más libros de Auður Ava Ólafsdóttir, y así llegamos, primero hasta La mujer es una isla y después a la maravillosa Rosa cándida, ambas altamente recomendables, y que, aunque son historias muy distintas, tienen bastantes cosas en común con La escritora: la tranquilidad que transmiten sus historias, el protagonismo de personajes jóvenes que huyen en busca de algo, la presencia de niños alrededor y de hombres y mujeres que saben cuidar de su entorno y de los demás, y unos finales no cerrados en los que la autora deja rendijas por las que todo se puede colar y en las que todo puede ocurrir.
Os dejamos el primer capítulo de La escritora y una selección de algunos de los fragmentos que más nos han gustado. El libro, como siempre, lo tenéis en la Biblioteca.
Islandia es un país pequeño, frío, cerrado, lleno de volcanes -hielo y fuego-, y de grandes poetas hombres a lo largo de su historia. Como curiosidad, cuenta con más escritores per cápita que cualquier otro lugar del mundo (incluso tiene un premio Nobel). Ahí es donde nace y vive Hekla, la protagonista de esta historia, a la que su padre puso nombre de volcán, y que quiere ser escritora para continuar inventando el mundo cada día y no hervir pescado en una cocinilla. Estamos en los años 60 y Hekla sabe que, a diferencia de los hombres que “nacen poetas, da igual que escriban libros o no”, “las mujeres alcanzan la pubertad y tienen hijos, lo cual les impide escribir”. Para ella Islandia es un lugar lleno de belleza, pero del que hay que escapar. En principio, se va de su pueblo a la capital y allí, casi a diario, habla con su amiga Ísey (un personaje secundario magnífico) y le cuenta sus planes. Ísey está casada, tiene una hija y espera otro, pero también escribe. Ambas lo llevan en secreto, con la diferencia de que lo que para la amiga es un escape a las obligaciones diarias, consciente de sus limitaciones (“me pareció haber creado belleza. Pero no BELLEZA, en mayúsculas, como la que crean los poetas, sino en pequeño: belleza”), para Hekla es su objetivo en la vida: “En mi mundo ideal, los elementos esenciales serían: papel, una pluma estilográfica y el cuerpo de un hombre. Si quiere, después de hacer el amor puede reponer la tinta de mi pluma”. Hekla no quiere imitar a los grandes próceres de su país, que escriben en subjuntivo poemas en los que los que los rayos de sol aplacan las heridas y las brumas crepusculares envuelven sus deseos. Ella es una escritora del mañana, porque como decía su padre, “naciste demasiado pronto”.
También tiene un amigo, Jon John, homosexual y marinero a tiempo parcial, que lee a Lorca y no a los grandes poetas patrios, otra rara avis en esa Islandia de 1963 y que, al igual que ellas dos, no puede mostrarse al mundo tal cual es.
Hekla trabaja en una cafetería, es muy guapa e incluso le proponen presentarse a Miss Islandia. Entonces empieza a salir con Starkadur, el bibliotecario-poeta que, este sí, lee a los clásicos poetas islandeses, y se va a vivir con él. Pero la convivencia y el amor no resisten, hay demasiadas diferencias, y las musas que habitan la pequeña buhardilla tienen muy claro de qué lado ponerse. Entonces, Hekla decide compartir piso con Jón John: se cuidan, se quieren, incluso se casan para guardar las apariencias, tanto el uno como la otra (“Jón John entiende mi manera de ser y mi necesidad de escribir. Cuidamos el uno del otro. Soy fuerte y él vulnerable, pero me protege a su modo”, escribe Hékla a su amiga). Pero ambos están decididos a dejar Islandia, y lo hacen. Ponen mar de por medio y abandonan esa tierra bella y contradictoria (fría por fuera y caliente por dentro), “porque en el extranjero siempre hace bueno” y porque el mundo está cambiando y ellos no se lo quieren perder.
Inmediatamente después de terminar La escritora, nos fuimos de cabeza a por más libros de Auður Ava Ólafsdóttir, y así llegamos, primero hasta La mujer es una isla y después a la maravillosa Rosa cándida, ambas altamente recomendables, y que, aunque son historias muy distintas, tienen bastantes cosas en común con La escritora: la tranquilidad que transmiten sus historias, el protagonismo de personajes jóvenes que huyen en busca de algo, la presencia de niños alrededor y de hombres y mujeres que saben cuidar de su entorno y de los demás, y unos finales no cerrados en los que la autora deja rendijas por las que todo se puede colar y en las que todo puede ocurrir.
Os dejamos el primer capítulo de La escritora y una selección de algunos de los fragmentos que más nos han gustado. El libro, como siempre, lo tenéis en la Biblioteca.
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1 año 9 meses antes #155
por bg3vigac@uco.es
Respuesta de bg3vigac@uco.es sobre el tema "La escritora", de Auður Ava Ólafsdóttir
Cuando empecé a leerla algo me recordó a Isak Dinesen (y de hecho la menciona en la obra).
Qué sensibilidad para tocarnos el corazón con los personajes que parecen más singulares, los que parece que se quedan al margen de la vida, los discriminados o no considerados.
El final, al principio, me dejó algo desconcertada pero coincido en que "deja rendijas por las que todo se puede colar y en las que todo puede ocurrir".
Una magnífica elección.
Qué sensibilidad para tocarnos el corazón con los personajes que parecen más singulares, los que parece que se quedan al margen de la vida, los discriminados o no considerados.
El final, al principio, me dejó algo desconcertada pero coincido en que "deja rendijas por las que todo se puede colar y en las que todo puede ocurrir".
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1 año 9 meses antes #156
por club-lectura
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Respuesta de club-lectura sobre el tema "La escritora", de Auður Ava Ólafsdóttir
Muchas gracias por tu comentario. Me alegro de que te haya gustado. Sí, el final puede dar lugar a otro principio. Sería estupendo una "segunda parte"
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