Jueves, 05 Diciembre 2013 16:58

Investigadores del ceiA3 participan en la Conferencia Mundial de la Organización Mundial de Sanidad

Escrito por

G.C. - E.L

Veterinarios de 178 países buscan la homogeneización de su formación y sus funciones

Desde el 4 al 6 se está celebrando en Foz de Iguazú (Brasil) la Conferencia Mundial de la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE) sobre Educación Veterinaria y la función de los Organismos Veterinarios Estatutarios. En estos tres días, más de 1.200 representantes de los 178 países miembros están debatiendo los principales problemas que tiene la profesión veterinaria a nivel internacional en relación a la homogeneización de su formación y a la organización y funcionalidad de los servicios veterinarios oficiales.

Para Antonio Arenas, investigador del ceiA3 y catedrático de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba y colaborador de la Organización Mundial de la Sanidad Animal, que se encuentra participando en la Conferencia Mundial, la profesión veterinaria es enormemente polifacética y las funciones de los veterinarios dependen sensiblemente de la política de cada país e incluso de cada región, mientras que las enseñanzas se hallan ahora en un momento crítico a nivel mundial.

“Mientras que en los países desarrollados tenemos unas enseñanzas veterinarias de gran calidad, que suele ser evaluada sistemáticamente por organismos internacionales, en países en vías de desarrollo falta uniformidad en los conocimientos denominados “del 1º día”, es decir del veterinario que acaba de terminar sus estudios; además el reciclaje de los egresados es complicado cuando no imposible. En este sentido, la OIE está realizando importantes esfuerzos técnicos, humanos y económicos para lograr una profesión más o menos homogénea a nivel global, en conocimientos y en estructura”.

Según el Prof. Arenas, “la medicina veterinaria requiere una educación básica de muy alta calidad, así como un prolongado y bien organizado sistema de aprendizaje y reciclaje, ya que sus campos de actuación tratan aspectos tan sensibles como la prevención de la salud humana y la de nuestros animales en todas sus vertientes. Mientras que esto lo tenemos asumido para otras profesiones sanitarias no lo es tanto para veterinaria y debemos señalar que la prevención primera de la salud humana la realiza el veterinario, no el médico, controlando todos los productos que llegan a nuestra cadena alimentaria”.

“Aunque en nuestro país los servicios veterinarios oficiales los realizan funcionarios o estatutarios públicos”, continúa Arenas, “cada vez es más frecuente dejar muchos de los servicios oficiales a los veterinarios privados. Y esto es así porque éstos juegan un importantísimo papel entre los animales, los propietarios y la sociedad, cooperando con los servicios oficiales en la vigilancia de enfermedades y certificación de animales y sus productos para el comercio o el transporte. Debemos tener en cuenta que las enfermedades comienzan en la interfaz animal-cuidador (o propietario), con lo que el veterinario privado es el primer experto en detectar, investigar y diagnosticar la enfermedad. Creo que esto es motivo suficiente para conferirles una continua y avanzada formación, especialmente en la detección temprana de las enfermedades declarables y su adecuado control, la organización de los servicios oficiales, apropiadas capacidades de comunicación y preceptos sobre certificación para el comercio.

Por su parte, el Director General de la OIE, Bernard Vallat (que en breve será investido doctor honoris causa por la UCO), asegura que “la sociedad tiene unas altas expectativas para la profesión veterinaria, especialmente en temas de salud pública, bienestar animal y seguridad alimentaria; para ayudar a los servicios veterinarios a cumplir esas expectativas los países miembros han encomendado a la OIE que asuma la responsabilidad mundial para hacer recomendaciones sobre las enseñanzas veterinarias y sobre los servicios veterinarios oficiales”.


Según Vallat, “la población mundial seguirá creciendo en los próximos años, alcanzando en 2050 más de 10 mil millones de personas, la mayoría de ellas en países en vías de desarrollo que alcanzarán una elevada proporción de clase media; esto traerá consigo el incremento del número de comidas al día y por tanto una considerable demanda de proteína animal, especialmente leche y huevos, que deberán incrementar su producción en más del 50%. Además, los patógenos, que no conocen fronteras, también se han incrementado provocando importante enfermedades emergentes y reemergentes en todos los continentes. La profesión veterinaria debe estar preparada para estos retos en todos los lugares del mundo”.
“Los retos de la profesión veterinaria”, asegura Vallat, “son un bien público global y tienen importantes objetivos, como reducir la pobreza, certificar la seguridad y el aseguramiento alimentario, proporcionar el bienestar animal, promover la sanidad de nuestros animales, proteger la salud pública, así como la seguridad alimentaria de los animales de producción y de nuestras mascotas”.


Para el Director General de la OIE, “la calidad de la educación veterinaria, tanto básica como de postgrado, y su regulación efectiva por parte de los servicios veterinarios son los pilares de una buena gobernanza de los servicios veterinarios nacionales. La OIE tiene el mandato de sus miembros de soportar la mejora de la educación veterinaria para garantizar los servicios veterinarios nacionales tanto en sus sectores públicos y privados. En este contexto, la OIE tiene como objetivo ayudar a asegurar que los veterinarios (tanto del sector público como privado) tengan las competencias para aplicar las normas de la OIE para la sanidad y el bienestar animal. Además, la OIE también tiene la obligación de ayudar a garantizar la excelencia de la profesión veterinaria a nivel mundial de manera que las expectativas sociales se cumplan y la profesión disfrute de un alto nivel y respeto, tanto por parte de la opinión pública como desde los gobiernos”.


La Conferencia concluirá el próximo viernes y, según su Director General, las conclusiones y recomendaciones alcanzadas servirán de guía a la OIE para desarrollar nuevas iniciativas y programas para apoyar a los países que deseen fortalecer el cumplimiento de las normas de la OIE, así como una profesión veterinaria más eficiente.

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