Page 34 - Geopolítica del Mundo Actual. Una Visión Multidisciplinar
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 GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR: Cultura de Paz, Conflflictos, Educación y Derechos Humanos
  en ciernes. Por un lado, los intereses nacionales de EE.UU. continúan siendo hegemónicos e imperiales, con amplio alcance global. Pero, por otro, el debate de las prioridades y la redefinición de los intereses nacionales, así como del uso de los instrumentos para la consecución de sus fines, se encuentran en un proceso de reformulación (Stokes, 2018).
La propensión radica en postulados de mayor belicismo y agresividad en todos los frentes. EE.UU. se ha declarado como la única (sole) superpotencia global, llamada a encabezar el liderazgo del mundo, bajo los preceptos de lo que denominan un “realismo principista” (Trump, 2017b).
Existe una continuidad en el objetivo principal de política exterior y de seguridad de mantener la supremacía mundial, pero el cómo está en discusión, pues en la actualidad coexisten, grosso modo, dos visiones que comparten intereses estratégicos comunes, pero reflejan enfoques diferentes.
Por un lado, una facción de la clase política, nucleada en la Oficina de la Casa Blanca de la Administración Trump, considera que la globalización ha afectado intereses particulares de determinados sectores estadounidenses, que han devenido en los grandes perdedores de su tiempo.
Más allá de las tendencias objetivas del proceso de globalización, ese razonamiento parte del reconocimiento de la relativa declinación de EE.UU. en el área económica, comercial y financiera a nivel mundial. En consecuencia, se aboga porque la fuerza o la proyección de la misma hacia el exterior sea el instrumento idóneo para “rescatar” el respeto y reconstruir a “América” para que sea “grande” otra vez.
En esta lógica se hace énfasis en un unilateralismo, a partir de la noción de que el sistema de alianzas se ha desequilibrado en perjuicio de EE.UU. La propuesta radica en “rebalancear” las relaciones con aliados y socios en una especie de “quid pro quo”: a cambio de sus garantías de seguridad, se establece la exigencia de que“cumplan”con las imposiciones (financieras, políticas y militares) de EE.UU. (Feaver, 2018).
Al respecto, se debe entender que el unilateralismo
no es a ultranza y en determinados casos no rebasa al plano declarativo. Cuando resulta conveniente EE.UU. fuerza a sus aliados (al menos, a los más cercanos) a alinearse con las decisiones que adopte, como ha sido en el caso de las negociaciones y firma del nuevo tratado comercial entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) y las reuniones con la OTAN, el G7 y el G20 (Feaver, 2018), (Pardo, 2018).
Esta interpretación cuestiona los principios del llamado “orden liberal” de la segunda postguerra que postula que EE.UU. como “nación indispensable” debe ser el “primero entre iguales”, respecto a sus aliados y socios y prevalecer en la relación con sus adversarios en defensa de los “valores americanos”. Pero ahora, la propuesta se centra en la necesidad de que Estados Unidos de América debe estar por encima de todos como única superpotencia mundial en una Pax Americana impuesta desde la fuerza o la amenaza de su uso (Schamis, 2018).
Como resultado, ha ocurrido una ruptura del consenso de la post-guerra sobre el papel de EE.UU. en el mundo. Se evidencian contradicciones entre la visión tradicional del establishment, en particular dentro del partido demócrata, que aunque reconoce la necesidad de adaptar sus intereses a las condiciones cambiantes del entorno mundial, favorece el mantenimiento del sistema internacional de los últimos 70 años y defiende el multilateralismo. Por otro lado, los republicanos abogan por una visión más unilateralista, según la cual EE.UU. proyecta su poderío nacional al exterior, desde posiciones de fuerza.
Los dos ejes primarios de la traducción de la agenda presidencial “America First” en la proyección externa son: la seguridad “securitizada” y la “prosperidad económica” neoliberal de EE.UU. con un marcado acento en la defensa de la “soberanía” desde una posición chauvinista de bajo nivel y simplona. Refleja más un intento por lidiar con una “realidad” fabricada por el ególatra Trump, que una visión sobre el uso de los medios del poderío nacional para enfrentar los serios y verdaderos desafíos que afronta la nación. En otras palabras, ningún análisis, ni escuela de pensamiento podría definir las ideas centrales expresadas como estratégicas
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