Page 25 - El Síndrome de Disfunción Cognitiva en el gato doméstico (Felis silvestris catus)
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favoreciendo su liberación (Pérez Fernández, 2010). Por lo tanto, aumenta la actividad de la dopamina a nivel cerebral, produciendo una mejoría de algunos signos del SDC como por ejemplo la desorientación, la vocalización excesiva y las conductas repetitivas (Gunn-Moore, Moffat, Christie, & Head, 2007; Karagiannis et al., 2014; Pike, 2004).
A pesar de que su uso en gatos aún es experimental, en un estudio en el que participaron 27 gatos con una edad aproximada de 4 años la selegilina demostró mejorar problemas de comportamiento tales como la agresividad, el insomnio o la anorexia (Landsberg, 2006). Su utilidad parece que está siendo aceptada, e incluso la American Associaton of Feline Practitioners apoya su uso, con una dosis recomendada de 0.25-1 mg/kg q24h vía oral (Gunn-Moore et al., 2007).
Los efectos adversos más comúnmente observados son signos gastrointestinales ocasionales como vómitos o diarrea, que no suponen un riesgo significativo para animales sanos (Pike, 2004). Otros efectos adversos que podemos observar son agitación y desorientación, pero por ahora las evidencias apuntan a que son problemas muy puntuales (Seibert et al., 2017).
Sin embargo, la selegilina no debe usarse junto a otros inhibidores de la monoaminooxidasa, como pueden ser los opioides, alfa2 agonistas, antidepresivos tricíclicos o cualquier otro compuesto que estimule el sistema colinérgico. Tampoco se recomienda usar fármacos del grupo de Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRSs) mientras se esté administrando selegilina (Pike, 2004). Esto se debe a que los inhibidores de la IMAO -como la selegilina- indirectamente aumentan la cantidad de serotonina y potencian sus efectos. Por lo tanto, si los combinamos con otros fármacos que también aumenten la concentración de serotonina corremos el riesgo de que se produzca un síndome serotonínico, el cual puede producir signos graves e incluso la muerte (Pérez Fernández, 2010).
Landsberg et al (2010) y Seibert et al (2017) recomiendan un tratamiento de entre 4 y 6 semanas para ver resultados terapéuticos. Ese mismo periodo debe respetarse para tratar con otro fármaco de los mencionados anteriormente ya sea antes o después de la administración de selegilina (Landsberg et al., 2010; Seibert et al., 2017)
Por otro lado, la propentofilina y la nicergolina se han probado en gatos con resultados variables, pero son una opción a considerar junto a la selegilina para establecer el tratamiento. En un estudio realizado por Siwak et al (2000) se compararon los efectos de la administración de estos dos compuestos en el comportamiento de perros con SDC, observándose beneficios como por ejemplo un aumento del apetito y una mayor tendencia a estar alerta y a hacer ejercicio (Gunn-Moore et al., 2007).
Así pues, se cree que la propentofilina mejora la irrigación sanguínea y el suministro de oxígeno a nivel cerebral (así como a nivel muscular), ejerciendo su acción principalmente a nivel tisular, pero sin aumentar la demanda de oxígeno (Gunn-Moore et al., 2007; Karagiannis et al., 2014).
Ortiz Martínez, Menor-Campos
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