Novelistas, editores e historiadores coinciden en destacar el valor de la novela histórica siempre que el autor respete desde su libertad creativa el principio básico del respeto a los hechos. Novela e historia, literatura y ciencia, son dos actividades de muy diferente naturaleza pero que conviven y se retroalimentan en un momento como el actual donde la novela histórica destaca por ser uno de los géneros literarios de mayor demanda por los lectores.
Así lo han defendido en la mesa redonda celebrada dentro del curso "Historia y novela histórica", el historiador Manuel Titos, el editor, Rafael Borrás y los escritores, Juan Eslava Galán y José Calvo Poyato, quiénes desde sus distintas perspectivas han analizado la interacción existente entre historia y novela y definido los requisitos básicos que cualquier novela que quiera definirse como histórica debe cumplir.
"La historia es una ciencia y la novela, creación, los que hacemos novela histórica nos basamos en los que han hecho los historiadores previamente", esta definición de Juan Eslava Galán, uno de las figuras más destacadas de este género literario, no está, sin embargo, exenta de cierta autocrítica, "las novelas históricas son en muchos caso tremendamente pesadas, porque para construirla hay que levantar un gran andamiaje que hay que desmontar en el momento de escribir, y eso no siempre se hace".
Pese a esta consideración, este género sigue siendo a juicio de José Calvo Poyato, director académico del curso, el preferido de muchos lectores que optan por acercarse al conocimiento de nuestro pasado a través de la literatura. Un camino "más asequible" que corre el riesgo de provocar un conocimiento erróneo de los hechos históricos si el autor no cumple con la premisa básica de documentarse previamente sobre el contexto en el que se sitúa la novela y sobre el perfil real de los personajes históricos. En cualquier caso, tal y como ha afirmado el editor Eduardo Borrás, el límite entre la realidad y la ficción y el descubrimiento de los posibles errores históricos que contenga una obra depende "del conocimiento de historia que tenga el propio lector".
La interrelación entre novela e historia, entre autor e investigador, también está repercutiendo en la manera de enfrentarse los historiadores a sus propios textos. Si bien no existe un salto del lector de este tipo de literatura a los textos de historia, en los últimos años, tal y como ha afirmado Manuel Titos, se está desarrollando en los últimos años una nueva corriente que hacer la historia más atractiva desde el punto de vista de su narración.